martes, 22 de mayo de 2012

Diálogo sobre la intención educativa (o no) del movimiento


Actualizamos aquí el diálogo - debate que realizamos sobre la intención educativa del movimiento. 
La conclusión a la que llegamos con este diálogo fue que el movimiento sí que es educativo.

A. Hola María! Buenos días, te vienes a tomar algo con nosotras?
M. Ay pues sí, que acabo de salir de clase. Voy a avisar a Mario y nos vamos.
O. Pues hoy en clase hemos estado hablando del movimiento, y el profesor decía que no era educativo… ¿Tú te crees? ¿Cómo puede decir eso?
I. Pues claro que no es educativo, ¿cómo va a serlo? Yo no he aprendido nada sobre ello…
M. ¿No es educativo si te ayuda, por ejemplo, a mejorar tu salud?
A. Ah, y si te caes, te haces daño y te lesionas, ¿es saludable eso? Yo diría que es más peligroso que saludable, hay mucho riesgo de hacerse daño, y si no es saludable no es educativo.
O. ¿Y por qué el dolor no puede ser educativo?
I. Porque no es intrínsecamente valioso, además, imagina que un niño se cae en clase, esta maña experiencia no le va a ayudar a aprender nada, y además le va a influir negativamente para que no siga realizando esa actividad.
M. Pero esa caída le servirá de experiencia para que la próxima vez que se encuentre en esa situación busque otra solución para no volverse a caer y hacerse daño otra vez, o simplemente, para tener más cuidado a la hora de volver a realizar ese movimiento.
A. ¿Y qué opinas de estas clases de Educación Física en las que el profesor les da una pelota para que los niños se apañen y hagan lo que les apetezca?
I. Ese jugar por jugar no es nada productivo ni educativo, simplemente se divierten y pasan un buen rato.
O. ¿Acaso nunca has salido al parque a jugar y te has juntado con niños que no conocías de nada? Este tipo de juego te ayuda a socializarte y a interaccionar con los demás, eso también es aprendizaje. A pesar de que esa situación de la clase de Educación Física no es correcta no es menester que haya un profesor para enseñar algo, como dice Savater, es patético que un adulto intente enseñar a los niños a jugar. Los propios compañeros de juego también aportan aprendizaje y educación.
I. Visto así, también tenéis razón…
M. Además, a través del juego y el movimiento aprendes normas y valores propios del juego, y con estos valores aprendes también a respetar a tus compañeros y a tus adversarios.
A. Sí, pero en estos juegos se dan también situaciones de discriminación y sexismo que pueden herir emocionalmente a los participantes. Por ejemplo, a mí, de pequeña no me dejaban jugar a fútbol porque decían que era un juego de chicos, ¿acaso es eso educativo?
M. Para eso está el educador, para hacer de mediador y evitar así este tipo de situaciones o incluso convertirlas en educativas para que no se vuelvan a repetir.
I. ¿Y qué me dices de la situación actual en el fútbol profesional, que ciega a las personas y que mucha gente lo utiliza para manipular a los demás?
O. Por eso cuando son pequeños se les educa en valores con el juego para que conforme vayan creciendo vayan desarrollando esos valores y sepan respetar a sus adversarios, o más generalmente, a los que piensan o tienen gustos diferentes a los suyos.
A. Siguiendo con lo que decía Irene, os diré un ejemplo, cuando los medios de comunicación maquillan las noticias negativas con éxitos y buenos resultados deportivos. Esta es una forma de controlar la sociedad, como dice la famosa frase, “al pueblo pan y circo”, que mientras se le tenga contento y distraído por ejemplo con el fútbol, lo demás no importa para nada.
O. Eso es más un tema político que educativo. Nosotros como futuros educadores del movimiento nos tenemos que preocupar de esos valores de los que hablábamos antes, que se les queden marcados para que en un futuro puedan transmitirlos como se los hemos transmitido nosotros. Que esos valores, como dice Arnold, han de ser intrínsecamente valiosos.
M. Nosotros, como educadores tenemos la intención de enseñar a los niños valores y actitudes morales que más tarde puedan aplicar en su vida diaria, además de que con el movimiento les enseñamos también a desarrollar el conocimiento práctico, para que de este modo sepan cómo reaccionar ante diferentes situaciones que se les propongan o se presenten en su vida diaria.
A. Pero también puedes aprender movimientos que al aplicarlos no sean educativos…
I. No Andrea, ahora veo la postura de María y Mario al decir y argumentar que el movimiento es educativo, de hecho, me han convencido, estoy de acuerdo con ellos. Vamos ahora a clase que llegaremos tarde.

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